Pepe me ha hecho el tour por la ciudad y hemos estado hablando, tomando birras y cocktails (Martinis, como los de James Bond). Pepich es como una enciclopedia andante y me cuenta cosas interesantes allá donde me lleva. Pondré algún ejemplo. Hemos pasado por Le Marais, el barrio gay/judio (no me pregunteis porque comparten barrio los gays y los judios) y casi todos los restaurantes judios tenían un certificado de que su comida es autenticamente kosher (o cacher, como dicen aquí), firmado por el Gran Rabino de París. Hemos pasado por un restaurante donde había una foto de Ariel Sharon comiendo ahí con su parienta e incluso he visto a un par de judios ortodoxos "Jerusalem style". Bueno... me gustaría contaros muchas más anécdotas pero este teclado me desespera un poco y ya habrá tiempo durante la semana.Pero si que os contaré alguna cosilla más, que no se diga que soy un vago. Tras los cocktails Pepe me llevó a Chez Diaz Reig y poco después ha llegado mi hermanita de su trabajo en EuroDisney. Tras el feliz reencuentro nos fuimos a cenar a un indo-italiano (es decir, un italiano regentado por indios). También tenían algún plato indio y yo aproveché la coyuntura para pedirme un delicioso pollo vindaloo, mmmmm. Y lo regué con una cerveza de Sri Lanka hasta ahora desconocida, Lion (yumy, yumy). Como Pepe y Marta son muy buenos me dejaron pedir, tal y como hace María, y les costó un poco caro (aunque no me dijeron nada) porque les trajeron sus pizzas margaritas con pimientos rojos, verdes y amarillos (yo le había pedido al cocinero que mi plato fuera BIEN picantito: Je le aime bien, le piquant).
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