Para los amantes de los datos inutiles

sábado, 23 de julio de 2005

París (y mi viaje) en 12 puntos

1) Es de mala educación comer con las manos. Aún así yo lo hacía sieeeempre. Y también mojaba el croissante en el café, que parece ser aquí es como comer con la boca abierta tirándose eructos. Al contrario, comer con la boca abierta está bien visto.

2) El tabaco es oro: sólo lo venden en ciertos establecimientos señalados con una señal roja. Suelen ser bares así que cuando cierran acaban las posibilidades de comprar nicotina. Además una cajetilla cuesta 5€ (y yo que pensaba que los 3'85 de Bélgica eran una pasada) aunque si la compras en un bar de extranjis, es decir, en uno que no tiene el signo, te pueden cobrar la friolera de 6'5 eurazos (nos pasó). Es curioso que venden marcas apañolas, como Fortuna, y más aún que son bastante populares. Como decía, el tabaco es oro y nadie ofrece y hasta se sorprenden si tu lo haces. A la salida de algunos Metros del centro, hay gente que se dedica a pedir pitis para el día siguiente, en plan profesión. Te los piden de tu (Tu as un clope?, pronunciado 'Tuanclop?') (en París es algo así como decir '¿Un piti, capullo?', según me informaron Pepe y Maru) y lo hacen con un cigarro en cada oreja. Si no le das uno se cabrean y pueden llegar a quitártelo de la boca (esto también nos pasó).

3) No hay casi gasolineras: creo que más de un 50% de los parisinos no tienen coche. Por el centro las calles están tomadas por biciclistas, patinadores y peatones en general. Es una gozada. Todo se entiende si tenemos en cuenta que París es totalmente plano excepto por el Monte de Marte (a.k.a. Mont Martre). Qué gozada!

4) (Casi) no existe el hielo: como en el Sahara, Marruecos o la India, en París no saben lo que es beber algo frío. Las neveras enfrían poquísimo y conseguir 'glaçons' (cubitos de hielo) es una ardua tarea en la capital francesa (no hay gasolineras, repito) por lo que los jóvenes se ven obligados a tomar sus bebidas calientes cuando hacen botellón (c'est incroyable!) en la Îlle de la Cité (que es donde está la catedral de Notre Dame).

4) Las puertas de los vagones del Metro se abren antes de que este pare del todo: los parisinos ya se lo saben y bajan en marcha. Hay que tener cuidado de no ponerse muy cerca del vagon cuando este está parando porque quizás te salta alguien encima!

5) Los parisinos son peores que los italianos: me refiero a la relación hombre-mujer desconocida, por la que los italianos son tan famosos world-wide. Pondré un ejemplo: en la parada de Metro Château d'Eau se reunen bandadas de los llamados (pero nunca a la cara) 'rakaille' (macarras, literalmente 'basura') (por eso no se les llama así a la cara) que se dedican a seguir y acosar (verbalmente) a las chicas que van solas. No suelen seguirlas más allá de las escaleras del anden (según me han contado), pero la cosa tiene bemoles.

6) El bebercio está carísimo: entre impuestos y servicio y polladitas de esas, cada vez que te pides una cervecita te cobran un 30% de más, por lo que una simple caña te sale a 4 euracos. Eso hace que muchos bares tengan 'happy hour' en la que te dejan la birra (el medio litro, que se lleva mucho por ahí) a mitad de precio o los cocktails (que también son très parisien) a 5 eurillos.

7) En mi viaje no he hecho mucho turismo propiamente dicho: no he visto (ni de lejos) la Torre Eiffel, ni el Arco de Triunfo, ni los Campos Elíseos, ni el Museo de Orsay. Si vi el funicular del Mont Martre, el Sacre Coeur, el Louvre y la catedral de Notre Dame, aunque he de reconocer que no entré en ninguno de ellos. Al Pompidou intenté entrar el último día (por eso de poder decir que había ido a algún museo paguisien pero, cruel destino, cierra los martes. Por otro lado creo que durante este viaje he llevado una vida de parisino auténtico, de cervecitas y cocktails todo el día, llendo al Tati (el Sepu de París) a buscar gangas, a la FNAC a comprar comics y cosas así. Porque, sed sinceros, ¿los que vivis en Madrid vais a un museo alguna vez? Pues eso.

7b) Un par de visitas turísticas si que hice: los lectores asiduos de mi blog sabrán a cuales me refiero.

8) Marta y Pepich son los perfectos anfitriones: me han hecho sentir como en casa. Los pobres curraban como mulas pero siempre se las ingeniaban para que no estuviese sólo (a lo cual ayudaba que durmiese hasta tarde, todo sea dicho).

9) En París puedes salir a la calle vestido como quieras, nadie te va a mirar raro, ni mal, ni de ninguna manera. Ir a comprar croissantes en pijama está a la orden del día. Qué gozada!

10) El 14 de Julio es fiesta nacional en Francia: parece ser que hace unos años pasó algo muy importante :-) y desde entonces es fiesta este día. Yo me enteré porque mi bus no venía y en la parada decía que el susodicho no pasaba en domingo y días festivos. Como era jueves di por supuesto que era fiesta. Luego Marta me dijo que en su curro la miraban como si fuese un extraterrestre cuando se le ocurrió preguntar porqué había tantos clientes ese día. Se catoorjcs lluíé!

11) El francés tiene 18 vocales distintas: no me pregunteis cuales son, pero tal dato ha llegado a mis oidos. La 'i' se pronuncia 'a' y nadie entiende por qué. Por ejemplo, 'lapin' (conejo) se pronuncia 'lapá' (con boca de francés al final, es decir, como si pronunciases una 'o') ya que si dices 'lapín' (algo perfectamente lógico) estarás refieriéndote al órgano sexual reproductor masculino (ahí queda eso).

12) Los niños llaman 'mamon' a sus madres... y sorprendentemente estas no les cruzan la cara. Por otro lado los padres llevan a sus hijos en carrito hasta los 6 años. Quizás es una especie de venganza.

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