De nuevo en Bruselas

Bueno, ya he vuelto de París y tengo que decir que me lo pasé requetebién. He tardado un poco en colgar este post porque desde que volví a casa no hemos tenido conexión. A ratos viene pero lo normal es que este “missing sin action”. En París tenía pensado seguir con el ritmo posteador habitual pero la entrada sobre Père Lachaise fue excesiva y le cogí un poco de tirria al ordenador durante los días siguientes. Ahora que por fin vuelvo a tener ganas de contar mis aventuras no tengo Internet (esto lo estoy escribiendo provisionalmente en Word y lo colgaré cuando pueda) y, para colmo, vuelvo al teclado belga y de Windows (el portátil de Pepe es un Mac con teclado español) (no sabéis cómo me costó acostumbrarme al puñetero).

Las 4 horas de vuelta a Bruselas se me pasaron volando ya que en París me compré una agenda de esas de teléfonos para hacerme un diccionario con todo el vocabulario francés que había ido apuntando en mis clases con Edmond y Viviane. Me dio tiempo justito. Cuando llegué a casa, Tina ya estaba durmiendo y María llegó unos 10 minutos después. Qué perfecta sincronización!

Desde el miércoles es fiesta en Bélgica porque hace 175 años que se fundó el país. Yo me enteré el miércoles a las 9:10 de la mañana cuando intentaba entrar en la academia de francés (llegaba tarde). Tuve suerte porque el día anterior habían intentado forzar la puerta de fuera y Edmond andaba por ahí esperando al cerrajero así que me explicó que no habría clase hasta el lunes. No sabéis lo contento que me fui a casita. Además, para aumentar la fiesta, hay montado un festival de Tintin por la ciudad. El jueves estuve viendo una exposición de coches que salían en los comics de Hergé. Mis favoritos fueron el tiburón de Tornasol y el vagón de tren con la publicidad de la marca de whisky preferida del capitán Hadock.(Quería poner unas fotitos pero hoy Internet está muy tonto y no me deja así que si quereis las podeis ver en esta otra dirección, junto con algunas otras de mi viaje a Paguí).

Por otro lado, el jueves María y yo hacíamos tres meses y por la noche fuimos a un concierto de un amigo suyo. Luego cenamos nachos con queso y guacamole en el Chi-Chi’s, un restaurante tex-mex del centro de Bruselas, y para acabar el día empezamos a ver Doctor Zhivago, que yo no la había visto y me apetecía. Digo empezamos porque la tuvimos que dejar a la mitad.

Esta mañana terminamos de verla y por la tarde nos vimos una de chinos, La casa de las dagas volantes, mientras comíamos una pizza del Pizza Hut. Hoy ha sido un día de retozo absoluto, puedo afirmar.

Mañana prometo hacer un resumen de mi viaje a París o, por lo menos, una lista de las cosas que mùas me impactaron/sorprendieron/gustaron/disgustaron. La pondreé con fecha anterior a esta, así que tendreis que estar atentos.