Para los amantes de los datos inutiles

martes, 29 de noviembre de 2005

Mujer gorda

Hay una blog a la que hace tiempo puse un link en mi página. Se llama de Mujer Gorda y trata sobre la vida de una familia argentina, narrada por la madre, Mirta (la mujer gorda en cuestión). La verdad es que la blog es divertidísima y merece la pena pasarse por ahí. Además es muy completa. Peeeero, hoy he descubierto que ¡es falsa! Resulta que su autor es un tal Hernan Casciari y que le acaban de dar un premio a la mejor blog del mundo (o eso dicen).

Pero güeno, nadie es perfecto, decía Billy Wilder. OS sigo recomendando encarecidamente la página. Si quereis algo graciosos, a modo de introducción, hay una animación en Flash presentando a la familia ficticia de Mirta (que también es ficticia, repito). AQUÍ

Qué comer para un buen semen y qué hacer para un buen pene

Mirad lo qu han publicado los del PP de Palma. Pero parece que ya lo van a quitar. No han tardado en arrepentirse, jurjurjur. Leedlo en este artículo.

lunes, 28 de noviembre de 2005

Lo prometido es deuda

Los pariseños.
Cuando se fueron los pariseños, hace una semana, prometí que actualizaría el post sobre su visita, añadiéndole algunas fotos. Pues eso, AQUÍ está.

Sábadus horríbilis

Este sábado, pese a ser sábado, me tocó trabajar. La nieve, que la noche anterior me hizo tanta gracia y que me dio la oportunidad de estrenar mis botas nuevas, iba a jugarme una mala pasada. Por suerte no tenía que estar en la oficina a las 8:30, como normalmente, sino que bastaba con que apareciese a las 10 (loado sea el cielo), lo que me dio un cierto margen de retozo matutino. Incluso me dio tiempo a ducharme. María se había olvidado el móvil en algún sitio la noche anterior y no lo habían apagado por lo que deducimos que no se lo habían robado así que le presté mi móvil para que intentara encontrarlo.

Así, sin móvil ni ganas de trabajar, salí de casa y a eso de las 10 menos veinte estaba en la parada, que se encontraba muy concurrida pese a ser fin de semana por la mañana. Yo, sin percatarme de ello, me pasé unos 15 minutos jugando con la nieve, haciendo caras en el suelo con mis magníficas botas mientras escuchaba música en el i-Pod Mini que le compré a Pepich. Todo el mundo se apelotonaba en la parada del tranvía menos yo y otro chico y el tiempo iba pasando lenta pero inexorablemente. Cuando me aburrí de jugar con la nieve me reuní con mis compañeros de espera para coger algo de calor humano, pese a que no tenía frío, pero la parada estaba llena así que me quedé en una esquina. No pasaron ni dos minutos cuando descubrí que la razón del agolpamiento no era calentarse los unos a los otros sino protegerse de los coches que pasaban a toda velocidad salpicando a los que esperaban. Fui calado de arriba a abajo: gorro, cara, abrigo (por dentro de los bolsillos también), pantalones, botas y mochila. No se como lo hizo pero me mojó tanto por delante, como por detrás. Incluso dentro de la oreja y eso que llevaba los cascos puestos. Mojado y cabreado seguí esperando.

Ya llevaba media hora y decidí fumarme un cigarrillo pero el mechero no me funcionaba así que le pedí fuego a otro fumador expectante. Me señaló que el tram ya estaba en la parada anterior así que decliné mis ansias nicotínicas. Pero yo esperaba y seguía esperando y el tranvía no se movía. “Si que tarda en ponérsele en verde el semáforo”, pensé yo, pero en ese momento me percaté de que ya había pasado el cruce. Más o menos en ese instante los pasajeros del tram comenzaron a bajarse y yo me temí lo peor. Sin embargo la situación era peor incluso. Las personas que se bajaron del transporte, en vez de irse andando, ¡empezaron a limpiar las vías de nieve! Tras reponerme de la sorpresa y analizar la situación, me fumé el piti desechado. Un rato después el tranvía por fin se puso en marcha y, a dos por hora, llegó a la parada. Conseguí subir de alguna forma al abarrotado vehículo (¡encima venía lleno hasta los topes!) y, parsimoniosamente, comencé mi periplo hacia el tajo. Ya llegaba (sin contar el viaje) 20 minutos tarde.

Íbamos tan lentamente que desesperaba. Detrás nuestro venía otro tranvía que, obviamente, no nos podía adelantar. Os voy a resumir mi trayecto mañanil en un día normal: son unas 15 paradas; las 5 primeras por la calle, las 5 siguientes bajo tierra y las 5 últimas de nuevo por el exterior. La duración total es de 20-25 minutos. A los 20 minutos de trayecto sólo habíamos avanzado 3 paradas y el conductor nos invitó a cambiarnos de tram ya que el nuestro ya había llegado a su límite. La mudanza tuvo su parte positiva ya que fui lo bastante aguililla como para agenciarme un asiento. Ya llegaba una hora tarde.

Cuando el tranvía se disponía a entrar en el túnel algo pasó y, ¡albricias!, dimos marcha atrás. Antes el nuevo conductor tuvo que irse al otro extremo del tram ya que estos aparatejos no tienen marcha atrás. El maquinista nos invitó a ir andando hasta el metro o coger una ruta alternativa pero yo no tenía otra así que opté por esperar sentado mientras la gente se iba bajando con cuentagotas. Mis pantalones estaban aún empapados de nieve derretida y yo me estaba pelando de frío. Por suerte tenía música y, en previsión de quedarme sin pilas, un libro. La cosa no mejoraba y seguíamos parados. “Qué país tan tercermundista, que nieva un poco y se colapsa”, pensaba yo, “¡cómo si no nevara nunca aquí!”. Mi indignación iba en aumento cuando otro de los 5 o 6 pasajeros restantes me informó de que el problema era, de nuevo, el primer tranvía, que estaba estropeado en la entrada del túnel. El problema, al parecer, no era la nieve sino las ramas caídas de los árboles, que iban atascando las ruedas de esos vehículos antediluvianos. Eso tampoco me consoló mucho, ni me quitó el frío.

Tardaron cerca de una hora y cuarto en sacar el tranvía del túnel y llevárselo y, finalmente, seguimos nuestro viaje, ya sin contratiempos... hasta la salida del túnel. No llevábamos ni 10 segundos en el exterior cuando pasamos encima de otras ramitas y el conductor tuvo que dar marcha atrás un poco (con el consiguiente tinglado). Por suerte el resto del viaje discurrió sin más infortunios y llegué al trabajo. Dos horas y media tarde. En día de cierre.

La revista tenía que estar terminada para este lunes sin falta ya que en diciembre no trabajamos y si no no daba tiempo a repartirla antes de irnos de vacaciones. Este retraso podía suponer que me tocara currar el domingo pero al final la providencia quiso que acabáramos. Estuvimos ahí hasta las once de la noche, eso si. En la oficina me enteré, encima, de que ese día volvía a haber huelga de transportes y que Juanlu, el jefe, había ido a buscar a todos en coche. ¡Viva y bravo! La parte positiva del día fue que Juanlu nos devolvió al calor de nuestros hogares en su coche… y que como acabamos el domingo hubo fiesta. Y hoy, lunes, también. Me encanta que los planes salgan bien.

sábado, 26 de noviembre de 2005

Nieva

Mañana curro :( y tengo que estar a las 10 en la oficina. Y hoy por la tarde (por suerte ya estaba de vuelta en casa, después de un duro día de trabajo) ha empezado a nevar. Parecía que iba a acabar rápido pero esto parece que no para. A mi me gustaría que siguiese nevando hasta media hora antes de que salga mañana del trabajo. Eso estaría bien. Ahora está cayendo que da gusto. Los coches ya están completamente cubiertos y las cacas de perro que siembran las calles se van escondiendo poco a poco.

Un coche delante de nuestra casa y una de las montañas de bolsas de basura de nuestra amada Bruselas.
Y no penseis que cae lentamente, Madrid's style, no. Aquí ace una ventolera que riete tu de Tarifa. Y no se como lo hago pero siempre voy en contra del viento. Ya se me han metido unos 20 copos de esos (del tamaño de monedas de 25) en los ojos. Cuando vaya a Madrid en Navidad no se me puede olvidar coger mis amadas gafas de ventisca.

Nuestra amiga la farola (está pegada a 20 cm. de nuestra ventana) nos muestra la ventisca.

Bueno, este currante se va a dormir que mañana toca trabajar. Este fin de semana termina mi año laboral (en teoría). El lunes se manda en número a imprenta y en enero no vamos a sacar la revista así que diciembre (en realidad hasta el 10 de enero) lo tengo libre. ¡Viva!

martes, 22 de noviembre de 2005

Nunca acabo de terminar

La primera visita

Este fin de semana hemos tenido visita. Marta y Pepich vinieron el jueves pasado pero, debido a su status de “parados/chomeurs”, ayer ya tuvieron que irse. Su visita ha sido la primera que recibimos en nuestra casita, si no contamos la de Ernest, un compañero del curro, que se quedó un día a dormir (es que vive en Gante, ya le dedicaré un post algún día explicando la situación).

¡Qué felices!
Los Díaz Reig se han portado muy bien y casi no han ensuciado (sólo nos han roto un armario, jejeje). Yo les agradecí enormemente que prefiriesen estar en casa, de palique y tal y tal, en vez de por la ciudad, yendo de un lado a otro. A Pepe se le tengo guardada por reírse de mi y de mi nueva faceta de currela. Decía que era por los muchos años en los que el trabajaba y yo retozaba en casa (¡qué sabrá él!). Yo, en plan venganza, le iba a hacer una foto durmiendo antes de irme al curro por la mañana, pero el muy perro me oyó y se tapó con la manta. ¡Cachis!

Con lo graciosos que estaban antes de moverse... Pepe me pilló y en cuanto se movió, Marta se revolvió también, pero sin despertarse.
El turismo con los visitantes se limitó a un paseíllo por el centro, pasando por lo típico: el Manneken Pis y la Janneken Pis, la Grand Place, la Bourse (la Bolsa) y, como no, algunos bares. Conociendo a los dos elementos visitadores y al elemento visitado (yo), no es de extrañar que pasáramos también por una librería de segunda mano (yo salí cargado) y, un par de días más tarde, por el Marché Aux Puces (léase Magché Opús) (también salí con los bolsillos llenos, pese a que cuando llegamos ya estaba cerrando). Los lectores habituales de mi blog sabrán que tipo de mercado es este. Entre pitos y flautas recopilé unas 20 fotos antiguas, salvándolas de las zarpas de un carricoche limpiador del ayuntamiento.

Pepich en plan castizoYo buscando fotos y mi archienemiga, la maquina limpiadora, al fondo.
Aparte de algunas pelis y el mencionado turisteo, visitamos algunos restaurantes. El sábado por la noche estuvimos en nuestro amado Shakti, el mejor indio de Bruselas. Pepe se pidió un pollo vindaloo y casi llora para acabárselo. Además tuvo problemas intestinales y hasta anales debido al exceso de picante (se lo merecía, por reírse de este pobre currante). El domingo también fuimos a comer a un restaurante, esta vez un mexicano (el Chichi’s) (que poca vergüenza). Después teníamos pensado ir a ver un documental sobre Franco (era el 20-N) en la Casa de Asturias pero nos dio pereza y acabamos en casa, haciendo zapping en nuestra nueva plataforma digital (y, como podéis imaginar, no encontramos nada en ninguno de los 50 canales).

Cena en el Shakti. Pepe aún no sabía lo que le esperaba (para más detalles ver http://pepenparis.blogspot.com/2005/11/el-incidente-vindaloo.html)
La última vez que vi a los Pepiches estaban hechos un guiñapo cuando yo salía hacia el curro, este lunes. Cuando llegué por la noche comprobé que se habían olvidado las zapatillas de andar por casa con las que los agasajamos a su llegada y que habían limpiado los platos sucios acumulados del finde. Así da gusto.
PD: ahora estoy en la ofi, que aunque no tengo nada que hacer me he tenido que quedar (y lo que me queda) así que no tengo a mano las fotos de la visita. A ver si esta noche tengo un rato y posteo unas cuantas para acompañar.

lunes, 14 de noviembre de 2005

Joe con Le Soir

Le Soir y su polémica campaña publicitaria

Miércoles, 9 de noviembre 2005
La palma se la llevaba hasta ahora Benetton, pero Le Soir ha roto el molde. Dando un paso más, en el camino iniciado por el provocador Oliviero Toscani -el fotógrafo de las campañas publicitarias de la firma de ropa- el diario belga ha puesto en la calle carteles que invitan a comprar un bebé por Internet, a 'ayudar' al Tercer Mundo comprando allí órganos humanos, o a que los inmigrantes cambien el color de su piel. La campaña, como era de esperar, ha desatado una intensa polémica.

La primera parte de la campaña, lanzada ayer por el liberal 'Le Soir', realizada en paradas de autobuses, estaciones y otros lugares públicos de Bruselas y de la región francófona de Valonia (sur del país), presenta chocantes carteles, sin ninguna referencia al periódico.

En uno de los anuncios, un supuesto 'Instituto para la Integración' invitaba a los inmigrantes a cambiar de aspecto, bajo el eslogan 'Intégrese al 100%'.

El poster muestra en dos fotografías el 'antes' y el 'después' de un individuo de tez morena con capucha y barba incipiente que se vuelve blanco, sonriente y pulcramente afeitado y trajeado.

El cartel incluye una dirección de Internet, en el que un vídeo ofrece a los inmigrantes ayuda para cambiar su imagen física, mejorar su educación, su dicción, clarear la pigmentación de su piel y el color de los ojos.

En su versión online, el diario se justifica. Sacando pecho, porque afirma que el objetivo era indignar, forzar a la gente a manifestar su rechazo y que lo han conseguido.

En otro tipo de cartel se dice: 'Ayude al Tercer Mundo. Compre en él sus órganos' y añade 'Un órgano puede salvar más de una vida', sobre la fotografía de un niño de raza negra que lleva una cartera escolar y una tablilla con caligrafía árabe.

El cartel remite igualmente a otro sitio de Internet (pero no funciona).

En el tercer modelo de anuncio una agencia, www.babyforeveryone.com, ofrece la posibilidad de comprar en Internet un bebé de cuatro meses 'a la carta' por entre 15.000 y 35.000 euros, según el país de origen y las preferencias del cliente.

El diario Le Soir desveló hoy el misterio de los carteles explicando en su portada que es el periódico el que está detrás de la campaña y que su propósito es 'Rebelarse contra lo inaceptable', una manera de promocionar el cambio de formato del rotativo a partir de la próxima semana.

Todos los anuncios aparecieron esta mañana en las marquesinas y carteleras con la siguiente etiqueta superpuesta: ''Le Soir' se rebela contra lo inaceptable'.

Pero la justificación del diario podría no ser suficiente para atajar la polémica.

La unidad de delitos informáticos de la policía federal belga llegó a investigar el origen del sitio de Internet que proponía la compra de niños.

Otro diario de la competencia, 'La Derniere Heure', informó de diversas denuncias presentadas ante el organismo que regula la ética en la publicidad.

También ha habido reacciones entre los políticos. La ministra valona para la Infancia, Juventud y Sanidad, Catherine Fonck, considera la campaña 'de mal gusto'.

En su edición de hoy, Le Soir muestra, no obstante, su satisfacción por el impacto logrado, al 'provocar la indignación', lo que 'era nuestro objetivo'.

Y añade: 'Indignar. Provocar una reacción. Provocar para que alguien se levante, tome la palabra y diga: ¡Es inaceptable. Lo rechazo!'.

sábado, 12 de noviembre de 2005

Cambio de planes

A última hora hemos decidido no ir al festival techno porque se nos ha hecho tardísimo y se nos caia el mundo encima sólo con pensar en irnos a Gante. Fernandito y Ana se van a cabrear con nosotros. María les está escribiendo un mensaje presentándoles nuestras más sinceras disculpas. En vez de concierto vamos a ir a cenar al Kashba, un restaurante marroquí al que María lleva intentando llevarme desde que vine a visitarla por primera vez en abril. Y después a casita, peli y zzzzzzzz...

Hace un año que murió Arafat...

...y por lo tanto hace un año que me fui a la India. Como pasa el tiempo y cambian las cosas. Hace poco soñé que me volvía a la India. En realidad soñé que estaba haciendo los preparativos para irme. Curiosamente, al día siguiente soñé, en plan continuación, que estaba en el aeropuerto, esperando para coger el vuelo camino de Delhi. Os podeis imaginar las ganas que tenía de irme a la cama los días siguientes, para ver si el sueño seguía continuando. Tardó un poco pero al final volví a soñar sobre lo mismo y esa vez estaba en la India. Me gustaría contaros de que iba el sueño, un poco más detalladamente pero no me suelo acordar y además María y yo nos vamos a Gante al I love techno. ¡Y tendríamos que haber salido ya!

viernes, 11 de noviembre de 2005

Fiesta: ducha, colada y lavado de platos

Hoy tengo fiesta, ¡albricias! La providencia a querido que justo ayer me instalasen Internet en casa así que, antes de hacer los recados que tengo pendientes (ver título), voy a poder escribir un poquito, que ya lo tengo muy olvidado.

Muchas cosas han pasado desde que vivimos en la Chaussée de Boondael. Las calles están llenas de policia, con las sirenas puestas y dirigiéndose a algún lugar a toda prisa, y en el hotel Husa, donde trabaja nuestra amiga Bri, han tirado cócteles molotov y todo. Yo estaba convencido de que había habido un atentado frustrado de Al Qaeda. Pero no. La semana pasada fue el cumpleaños de María (el lunes). Al día siguiente fue el mio, ya tengo 26 añazos y unas cuantas pertenencias más. listaré algunas: una estatuilla de Ganesh, otra gorra, un anillo, un colgante, un par de libros... La verdad es que María se ha portado. Por unos días pensé que nadie se había acordado de mi cumpleaños desde España (excepto mis padres, mis abuelos y mi hermana) pero una noche se me ocurrió conectar el movail español y, mira tu por donde, resulta que todavía hay gente que me quiere, pero nadie parece haberse apuntado mi número belga (0032 479 76 50 23, por cierto).

Bueno, me voy a hacer esos recaditos de los que hablaba al principio, que si no me veo todavía en pijama y hediendo, con la ropa sucia en su cesta y los platos grasientos en la pila, cuando vuelva María a las 3 (los viernes sale más pronto).

Echadle un ojo a esto quwe me ha enviado el Jipi, que está muy interesante:
http://fcmx.net/vec/get.swf?i=003702

jueves, 10 de noviembre de 2005

¡ VOLVEMOS A SER DIGITALES !

Ya tenemos Internes en casa y, no sólo eso, además ¡tenemos tele por cable! ¡Adios a la tiranía del DVD y a las multas de videoclub! Hemos tenido que cambiar la tele de sitio así que tendremos que buscar otra forma de ver pelis desde la cama. ¡Qué alegría y qué alborozo! Lo único que me preocupa es que no consigo encontrar los subtítulos por ninguna parte... Grossen putaden

Visitas

Qué curioso que el número de visitas sigue creciendo, incluso más rápido ahora que cuando escribía asiduamente. En un par de horitas me voy para casa (hoy salgo prontito) (y menos mal porque no he hecho nada productivo en toda la mañana) para que los de Belgacom me instalen el teléfono, internet y la tele por cable. ¡Tomaaaa! Ayer nos confirmaron con un mensaje de móvil (!) que vendrían hoy después del mediodía. Espero que no se les ocurra venir a las 6 de la tarde, que también es después del mediodía. Belgacom es lo que en España sería Timofónica así que no me sorprendería.

Por otro lado, hace unos días me hice un contrato de móvil porque ya estaba harto de tener que recargar la tarjeta y dejarme los cuartos. Sigo con Proximus que, según mis elucubraciones, es el equivalente belga de Movistar. Las otras dos compañías de móviles que existen, o que al menos yo conozco, son Mobistar (curiosamente sería el equivalente a Vodafone) y BASE (que es igual que Amena: ofertones, diseño verde y mala cobertura).

Volviendo a las visitas... hablaré de las de otra índole. Ahora hay unos amigos de María en Bruselas que han venido a Bélgica para ir a un festival de techno en Gante. Lo más probable es que María y yo nos apuntemos aunque yo últimamente no estoy para muchos trotes. Ayer quedamos con Fernandito y Ana, los visitantes, y estuvimos de cañas hasta las 2. Hoy la cabeza me mataba. Por otro lado, la semana que viene vendrán Marta y Pepe a vernos. ¡Tengo unas ganas!

Espero que está noche pueda volver a escribir, esta vez desde casita.

martes, 8 de noviembre de 2005

Queridos todos

Ya se que últimamente no escribo. Trabajar es mu'malo. Pero no se preocupen ustedes porque en días venideros nos van a instalar internet en casa. Y por días venideros me refiero a este jueves (o eso nos han prometido). Ya contratamos el servicio hace cosa de dos semanas (o más). Pero los tíos jeta tardan lo que les apetece en instalártelo. Eso si, te cobran enseguida. En algo son eficaces, no como los de Sibelga (los que nos ponen la electricidad) que aún no nos han pasado ni una factura (teníamos que hacer un papeleo pero lo hemos ido dejando y, misteriosamente, la luz sigue apareciendo al hacer clic en los interruptores) (¿qué pasará? ¡qué intriga!).

Cuando vuelva a tener internet en casa prometo volver a escribir para quejarme de todo. Estoy convencido de que los belgas conspiran contra el bien común. :D

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Preguntad a Google, que seguro que ya está todo por ahí...