Para los amantes de los datos inutiles

domingo, 26 de febrero de 2006

Los esperados resultados

Ya va siendo hora de que informe a mis lectores sobre los resultados de mi entrevista en Euronews, ¿no? Para empezar os diré que no me han cogido. Pero también tengo que añadir que me he vuelto bastante contento. Me explico.

Durante los tres días que pasé en la redacción de Euronews en Lyon, mi prueba consistió en intentar seguir el ritmo de los periodistas por la mañanas, mientras aún había ordenadores libres, y en asistir a un "cursillo" de dicción, vocalización y respiración para aprender a leer las noticias para la tele. Lo de la mañana lo hacía a duras penas, siempre con bastante retraso con respecto a los periodistas que ya trabajan ahí. El proceso era el siguiente para cada noticia: asistir a una reunión con un jefe de redacción que nos explicaba el montaje de la noticia en cuestión (básicamente, de que iba y que/donde/quien era lo que aparecía en cada plano), redactar un texto de la duración del video y en el cual coincidiesen las imágenes con aquello de lo que habalabas y, por último, pero no menos importante, locutarlo.

La razón principal de mis retrasos era la locución de las noticias. Puede que tardara un par de minutillos más que el resto en redactar la noticia y que todavía me quedase pulir algunos aspectos de cómo escribo para la tele, pero eso no era nada comparado con lo que tardaba cada vez que tenía que leer una noticia en la cabina de locución. Fácilmente me podía tirar diez minutos para locutar una noticia de un minuto. Y eso hacía que llegase tarde a la explicación de la siguiente noticia. Y a partir de entonces todo se iba haciendo una pelota, cada vez me ponía más nervioso y cada vez tardaba más. ¡Qué estrés!

Por las tardes me iba con Fran, un jefe de edición, a un cuartito insonorizado y allí me enseñaba algunos truquillos para locutar bien. Entre los ejercicios que hice están los siguientes: leer un texto con un boli en la boca (mordido con las muelas de atrás y colocado debajo de la lengua), leer algo al revés (palabra por palabra, empezando desde el final), gritar mucho, hacer un falso directo improvisando... Mi locución era catastrófica pero al final de los tres días se podía ver una ligera mejora. Eso si, pese a comenzar a vocalizar y dejar de ahogarme en mitad de cada frase, todavía conservo mi monotono. Pero todavía me queda mucha práctica. Como decía Fran (¡qué paciencia tiene ese hombre!): "Mucho boli".

El viernes por la tarde Fran y Beatriz, los dos encargados de ponerme a prueba, me dijeron que quizás me podrían coger ahora pero que realmente todavía me quedaba un mes de practicar y ejercitar la lengua (tengo una lengua vaga, según parece). La verdad es que yo estoy de acuerdo. Creo que si me hubiesen cogido me hubiesen hecho un flaco favor ya que es posible que en un día de máximo estrés (de esos tan comunes en una redacción de Internacional de una tele de noticias 24 horas) acabara tan agobiado que se me quitasen las ganas de ser periodista para siempre. Me instaron a que me apuntase a un curso de locución, canto, expresión corporal o algo así para seguir practicando y perder el miedo... y que cuando me sientiese preparado que les volviese a llamar y me harían otra prueba.

Así pues, las razones de que haya vuelto contento son varias. La principal es que, después de pasar unos dos meses buscando trabajo sin éxito, esto me ha subido bastante la moral y los ánimos. Es cierto que no me han cogido pero sigue habiendo posibilidades de que lo hagan. Además, en el curso de esta semana me enteré de algo que no me esperaba en absoluto: ¡el trabajo sería en Lyon! La primera vez que me llamaron me dijeron que tenía algunos puntos ganados por vivir en Bruselas pero el miércoles me enteré de que en Bruselas sólo trabaja un periodista, haciendo entrevistas. :-O Tras mi sorpresa inicial (y la de María, claro) investigué un poco más y descubrí por un amigo de la facultad, que trabaja allí desde el verano pasado, que Euronews me pagaría el hotel y los billetes de tren a Bruselas cada vez que tuviese unos días libres. Se trabaja 35 horas semanales como máximo (¡viva Francia!) por lo que tendría dos o tres días de vacaciones por semana, que podría pasar en Bruselas.

Pero todavía no es momento de pensar en eso. Ahora toca buscarme algún cursillo de los que me han recomendado, mucho "boli" y seguir buscando algo en lo que currar. Si en el futuro acabo en Euronews... ya veremos como lo hago.

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