Hoy he soñado que un desconocido me pillaba por banda y me pedía que condujese un tranvia (lo cual era su trabajo) porque se iba de vacaciones. Le dije que si sin pensarlo pero luego me empecé a agobiar por si me pillaban conduciendo sin carné o por si me llamaban por la radio. Ahí el sueño se convertía en una especie de pesadilla en la que yo tenía que ir a desayunar a la Estación de Midi, con todos los demás conductores. Pero como siempre, llegaba tarde y al final decidía ir directamente a donde tenía que coger el
tram. Pero, como iba en transporte público, no llegaba nunca y cada vez me iba agobiando más, mientras pensaba en que pasaría si pillaba a alguien con el tranvia. ¡Qué infierno!
Sueños aparte, hoy se va mi amigo Javi.
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Él fue el primer amigo que hice en Bruselas. Ya tenía algunos, pero me los había presentado María a todos. También había conocido a más gente en clase de francés, pero no los consideraría amigos. A Javi le conocí en la revista Ecos, donde era mi compañero de penas y sufrimientos. Vivía al lado nuestro, a un par de calles de distancia y se le va a echar mucho de menos. El martes estuvimos María y yo en su casa y nos dio dos lámparas, tres paquetes de servilletas, una alfombra, cuatro perchas y varias bolsas. El círculo se cierra.
1 comentario:
Piensa que si os quedará la alfombra.
Lo bonito de las recuerdos es que los modelamos a nuestro gusto y tu amigo siempre será una parte de ti.
CReo que he escrito varias tonterias pero no me lo quiero plantear.
Saludos desde españa
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