Un añito no es nada

Bruselas es un lugar extraño. Casi todo el mundo que viene aquí a trabajar o estudiar tiene en mente quedarse unos meses o, como mucho, uno o dos años. Al final se terminan quedando tres o cuatro años. C'est vrai. La primera vez que estuve en Bruselas sólo pensaba quedarme un fin de semana largo, es decir 4 días. No tardé en alargarlo a una semana larga, 10 días. Un mes y medio después, me fui a pasar el verano a Bruselas. Y, antes de que terminara, decidí quedarme a vivir aquí.

No es que haga un año desde que me mudé (el 7 de mayo hará 11 meses). Pero hoy se cumplen 365 días desde que María y yo estamos juntos. ¡Ole! Bruselas tiene algo que engancha. La mayoría de la gente no sabe porque se queda. Yo si.