Saliendo de la rutina

El viernes por la noche fuimos al cumpleaños de una amiga. Cumplía 30 añazos así que había que celebrar por todo lo alto. Fue una fiesta muy internacional, como viene siendo la costumbre. Ruxi, la homenajeada, es belga de ascendencia rumana/boliviana (¡toma ya!) y su novio es Jose, el Periodista en el aire y mi ex-compañero en la revista Ecos. Nos lo pasamos bomba, jejeje, y yo bebi mucha cerveza. No habíamos cenado cuando fuimos a la fiesta así que nada más llegar atacamos la mesa llena de comida. Yo me puse ciego a queso con mostaza y galletitas saladas. Y cerveza, claro. No se a que hora nos fuimos pero yo ya iba un poco piripi y cuando llegué a casa cogí la cama con muchas ganas.


Con menos ganas me levanté a la mañana siguiente cuando, sobre las 11, sonó el telefonillo. Unas amigas de María habían ganado unos billetes de avión para venir a Bruselas así que teníamos visita. Mientras María fue a abrir a Chispa y Marina yo me hice una pelotita en la cama dando gracias por que no fuesen invitados mios. Aún así al cabo de un rato me desperté, con un dolor de cabeza de esos que sólo te dan las resacas. Tras mi café, una aspirina y una ducha, estaba (casi) como nuevo así que salimos a turistear un poco. Chis y Marina habían salido hacía un rato ya así que quedamos con ellas en un bar y, tras el segundo desayuno, fuimos a turistear un poco.

Pasamos por el Palais de Justice y el Sablón y luego fuimos a comer un crepe. Luego las llevamos a la típica ruta A-B-C-D (o sea sé: Maneken Pis, Grand Place, Janeken Pis y Delirium Tremens. Siempre llevamos a todos los visitantes a los mismos sitios pero cuando encuentras una buena ruta no hay que desperdiciarla.

Entre pitos y flautas se nos hizo tardísimo y para cuando nos dimos cuenta eran las 7:30. Habíamos quedado a a las 8 para cenar con Khaled, el dueño de nuestro querido y recientemente clausurado restaurante indio, así que en vez de pasar por casa, María y yo nos fuimos directamente al restaurante. Marina y Chispa se fueron a casa a abrigarse un poco más y, de paso, a mandarnos un mensaje con la dirección del restaurante, que nos habíamos dejado en la mesa del salón. Llegamos justitos. Khaled nos contó que aquel era uno de los 5 restaurantes indios que había abierto para otras personas en Bruselas. Decía que ahora todos eran ricos. En cambio su propio restaurante, el Shakti, fue el único de los que abrió que había tenido que cerrar. Una pena porque era el mejor. No ya el mejor indio, sino nuestro restaurante favorito de Bruselas.


Estuvimos cuatro horas y media "cenando". En realidad tardamos como una hora en empezar y nos quedamos otra más de sobremesa. Pero es que Khaled tenía mucho que contarnos y todos estábamos disfrutando de la conversación y el vino como enanos. Cuando ya nos echaron del lugar nos fuimos andando al centro, a tomar una copilla. La pobre Chispa estaba que se caía pero aguantó estoicamente hasta las 4:00.

Hoy, domingo, Chispa y Marina se han ido a Amberes. ¡Qué valor! María y yo nos hemos excusado con un gruñido desde la cama (bueno, María ha hecho un poco más de esfuerzo en expresarse) y nos hemos quedado. Hemos desayunado tarde y ahora nos disponemos a ver una película que me he bajado de Internet sobre la serie Bola de Dragón, pero no de dibujos sino con actores. ¡A ver si no nos decepciona!