Para los amantes de los datos inutiles

jueves, 23 de marzo de 2006

Periplo a Londres, 2 (Camden Town, Old Street y paseos sólo con mi mochila)

Ya es hora de que termine de contar mi viaje a Londres que el otro día, por pura vagancia, deje a medias. Me quedé volviendo en tasis para abrir la puerta de su habitación a Lieven. En realidad esa noche ya no dormiríamos allí ya que nuestro anfitrión, que la noche antes nos había cedido amablemente su cama, instalándose en un colchón inchable en el suelo, nos consiguió para esa noche y la siguiente una habitación para nosotros solitos. Un amigo suyo se iba de viaje y no tuvo problema en dejarnos su cuarto. Así que esa noche tuvimos intimidad y, como es normal en nosotros, dormimos hasta el mediodía. Lieven nos llamó para despertarnos e incluso nos preparó el desayuno pero todo fue en vano.

Finalmente nos conseguimos levantar y nos fuimos directamente al mercado de Camden Town, que está lleno de dronga (según Lieven y Wikipedia), turist y punkies. Miramos algunas camisetas sin adentrarnos mucho en el mercado, ya que nuestros vacios bolsillos no daban para comprar nada, y finalmente decidimos irnos a desayunar/comer. Hay una zona que es un mercado sólo de comida. Hay de todos sitios: turca, africana, mejicana, japonesa, china, inglesa, española... Así que nos dimos una vueltecita entre los diferentes puestos y cada cual hizo su elección: María, fajitas mejicanas; Lieven, pollo a la miel vietnamita tailandés y yo, un bocata turco con queso y pimiento acompañado de ensaladita de garbanzos y judiones (véase foto adjunta).

Mi bocata turco... se me hace la boca agua solo de verlo.Tras el café nos tomamos un megacapuchino y después, ante la imposibilidad de gastar (¡gastaar, gastaar, gastar sin paraar!), nos fuimos a dar un paseo por el Támesis. Andamos y andamos hasta llegar a la estación de King's Cross Saint Pancras (a mi eso de Pancras siempre me ha sonado a operación). En el mapa está a sólo dos paradas de metro, pero estuvimos andando como una hora (bueno, quizás me he pasado). Una vez en la estación, cansados de tanto caminar, tomamos otro rumbo: el rumbo de la cerveza. Lieven nos llevó a su zona de bares favorita: Old Street. En el primer sitio donde fuimos tenían un minicine montado y estaban viendo un documental sobre Ronaldinho (lo juro). No tenían (en ese momento) cerveza de barril, la "barata", y un botellín costaba unas 8 £ así que optamos por salir pitando.

María, Nico y Lieven reflejados en una ventana cerca de Old StreetFuimos a otro donde la cerveza estaba barata, había buen ambiente e ingleses borrachos por doquier (lo cual viene bien para echarse unas risas... no os imaginais que elementos). En Inglaterra el equivalente a una cañita (que en España van de los 20 a los 25 centilitros, de media) es una pinta (casi 57 centilitros). Pero se las beben a la misma velocidad a la que nosotros nos podemos beber nuestros "chupitos" cerveceros. De ahí el "síndrome holligan". Además lo ingleses son muy listos y, sabiendo lo cara que está la vida en su país y que es fácil quedarse sin dinero en medio de la noche, ponen cajeros en los bares. Imaginaros la mezcla: inglés + varias pintas + cajero en el bar + tarjeta de crédito = ruina absoluta. This one is on me!

¡Vi una pintada de Banksy por Old Street! Podeis ver su página en la sección de arte urbano, a la derechaEsa noche cenamos en un indio y después nos fuimos rápido a casa porque María salía en el tren de las 6:10 de la mañana. En un principio se volvía conmigo por la noche pero al final tuvo que ir a trabajar el lunes por lo que cambió el billete. Como yo no era menor de 26, mi billete (al mismo precio) tenía diferentes condiciones y no podía cambiarlo sin pagar así que yo me quedé. Aún así a las 5 de la mañana (tenía que estar media hora antes de la salida y, por malas experiencias, sabemos que son muy estrictos) me desperté con ella y la acompañé a la puerta para asegurarme de que cogía el taxi que habíamos pedido la noche anterior. El taxista no aparecía así que decidimos llamar para preguntar y ¡sorpresa, se había ido! Nervios, strees, "me cago en los ingleses"... El recepcionista nos indicó como llegar a una parada de autobús y allí fuimos pero no aparecía ninguno. Tuvimos suerte y justo pasó un taxi que dejó a María en la estación por los pelos. Yo me perdí volviendo a casa y un pobre camionero de Barcelona me preguntó por una dirección... Qué cosas.

Ese día Lieven tenía que estudiar así que yo me cogí mi maletón, con la ropa de María y la mia, y me la llevé de turismo. Mi idea inicial era dejarla en la residencia de Lieven, pero no me dejaron así que probé en la estación de Waterloo (desde donde salía mi tren) pero costaba 5'5 £. Como tenía mis escasos pounds restantes reservados para un café y, si había suerte, un librito baratísimo, pensé: "Más cargaba en la India" y me llevé la mochila al TATE Modern, mi museo favorito.

Allí si que tenían un guardaropa asequible. Incluso gratis, ya que los 2 £ que te pedían eran voluntarios. Es gracioso que en Inglaterra, cuando te piden una contribución voluntaria, te dicen cuanto tienes que dar. El museo estaba totalmente distinto a como yo lo conocía y eso me gustó. Lo malo fue que uno de los pisos gratuitos (los de las exposiciones permanentes son totalmente gratis) estaba cerrado porque estaban cambiando la disposición de las obras. Pero, bueno, me dio de sobra con un piso. Luego me tomé el programado cafetito y después me fui directo a la estación. ¡No quería perder el tren!

1 comentario:

hilarante dijo...

oye, vas a decir que te quito tu sagrado tiempo, pero ¿cómo le hiciste para poner tu contador?
gracias.
buen blog

El mío ni lo veas porque es para puras maldades, jajaja!!

Saludos.

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