Este fin de semana hemos tenido visita. Marta y Pepich vinieron el jueves pasado pero, debido a su status de “parados/chomeurs”, ayer ya tuvieron que irse. Su visita ha sido la primera que recibimos en nuestra casita, si no contamos la de Ernest, un compañero del curro, que se quedó un día a dormir (es que vive en Gante, ya le dedicaré un post algún día explicando la situación).
Los Díaz Reig se han portado muy bien y casi no han ensuciado (sólo nos han roto un armario, jejeje). Yo les agradecí enormemente que prefiriesen estar en casa, de palique y tal y tal, en vez de por la ciudad, yendo de un lado a otro. A Pepe se le tengo guardada por reírse de mi y de mi nueva faceta de currela. Decía que era por los muchos años en los que el trabajaba y yo retozaba en casa (¡qué sabrá él!). Yo, en plan venganza, le iba a hacer una foto durmiendo antes de irme al curro por la mañana, pero el muy perro me oyó y se tapó con la manta. ¡Cachis!
El turismo con los visitantes se limitó a un paseíllo por el centro, pasando por lo típico: el Manneken Pis y la Janneken Pis, la Grand Place, la Bourse (la Bolsa) y, como no, algunos bares. Conociendo a los dos elementos visitadores y al elemento visitado (yo), no es de extrañar que pasáramos también por una librería de segunda mano (yo salí cargado) y, un par de días más tarde, por el Marché Aux Puces (léase Magché Opús) (también salí con los bolsillos llenos, pese a que cuando llegamos ya estaba cerrando). Los lectores habituales de mi blog sabrán que tipo de mercado es este. Entre pitos y flautas recopilé unas 20 fotos antiguas, salvándolas de las zarpas de un carricoche limpiador del ayuntamiento.
Aparte de algunas pelis y el mencionado turisteo, visitamos algunos restaurantes. El sábado por la noche estuvimos en nuestro amado Shakti, el mejor indio de Bruselas. Pepe se pidió un pollo vindaloo y casi llora para acabárselo. Además tuvo problemas intestinales y hasta anales debido al exceso de picante (se lo merecía, por reírse de este pobre currante). El domingo también fuimos a comer a un restaurante, esta vez un mexicano (el Chichi’s) (que poca vergüenza). Después teníamos pensado ir a ver un documental sobre Franco (era el 20-N) en la Casa de Asturias pero nos dio pereza y acabamos en casa, haciendo zapping en nuestra nueva plataforma digital (y, como podéis imaginar, no encontramos nada en ninguno de los 50 canales).
La última vez que vi a los Pepiches estaban hechos un guiñapo cuando yo salía hacia el curro, este lunes. Cuando llegué por la noche comprobé que se habían olvidado las zapatillas de andar por casa con las que los agasajamos a su llegada y que habían limpiado los platos sucios acumulados del finde. Así da gusto.
PD: ahora estoy en la ofi, que aunque no tengo nada que hacer me he tenido que quedar (y lo que me queda) así que no tengo a mano las fotos de la visita. A ver si esta noche tengo un rato y posteo unas cuantas para acompañar.
Para los amantes de los datos inutiles
martes, 22 de noviembre de 2005
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